6.11.08

Delante y detrás de la música

No me puedo quejar. Antes que pase la resaca del Festival de Cine de Sitges, comienza el In-Edit Beefeater, dedicado al cine documental musical, y ese mismo fin de semana tocan Infadels y Ladytron. Del In-Edit me quedo con las pelis sobre Patti Smith, Surfin' Bichos, Brian Wilson y A Technicolor Dream, que reseñé para Maumau en una, dos y tres partes.

El concierto de Infadels fue una pasada, súper energico y bailable, desde los primeros acordes de Circus of the Mad, la canción que más quería escuchar, hasta un sorprendente cover de Sweet Dreams (Eurythmics). Buen sonido y mejor desempeño sobre el escenario, a pesar de que no debíamos llegar a los cincuenta los asistentes a esta cita dominguera.

A Ladytron fui con las advertencias de que éran un hermoso iceberg en vivo, lo que no me importaba mucho, ya que se trata de una excelente máquina de hacer canciones. Su buen oído para la melodía con gancho, su intraicionable sonido y la estética delicada, cool y oscura que han mantenido desde sus inicios, son signos de una banda más madura de lo que parece y que, hasta su cuarto y último disco, Velocifero, no ha hecho más que superarse. El pero no vendría de su gelidez escénica -incluso puedo dar fe de que bailaron un poquito-, si no del sonido opaco y descalabrado, impropio de la Sala Apolo; además de que bien merecían Barcelona y una sala casi llena el impresionante juego de luces que, según leí por ahí, traían consigo en este tour.

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