8.2.07

Elogio a la reinterpretación



Piglia es un autor que, si bien no me ha entusiasmado de a primeras (demasiado cerebral para mi apetito), si me ha interesado lo suficiente como para seguir leyendo de a pocos su obra. Lo último que acabo de leer es Respiración artificial (1980), tal vez su libro más celebrado, y la primera impresión es la de sorpresa, por encontrarme con el género metaficcional tan celebrado en los noventa, al inicio de la década anterior. El afán de relectura como mecanismo de identidad ya esta en Borges, claro, y Piglia es su sucesor más aventajado cuando en medio de la dictadura escribe un libro que es un combate intelectual o un equipo de salvamento para la atacada tradición cultural argentina. Porque la relectura se asemeja al redescubrimiento y a la resucitación, no sólo de los desaparecidos sino de uno mismo. Volver a la vida algo (un cuerpo; literario, histórico o fisiológico) con algo ajeno (el aliento del otro) es un acto transitivo y reflexivo, que sirve tanto para escapar de la certidumbre inmóvil que es la muerte de las ideas, pero también para descubrirse uno mismo en los pasos perdidos de los otros. Y eso es lo que Piglia hace en esta brillante novela, en la que bajo el pretexto de la (auto)investigación familiar se cruzan ideas bastardas, gracias a las cruciales conversaciones de Renzi, el protagonista, con los personajes secundarios de su pesquiza. Como bien reza el epigrafe del libro (T.S. Eliot):

“We had the experience but missed the meaning,
an approach to the meaning restores the experience.”

A poner en la agenda: La ciudad ausente y Crítica y ficción.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...te encontré en la red...me voy unos días al ENTROIDO galego, pero al volver hay que quedar algún día... (mi cutrelog: www.fotolog.com/juanluis21) Saludiños!