30.9.07

Más desenfreno sentimental


Qué bueno es saber que mi grupo (en activo) de rock argentino favorito, El Otro Yo, ha vuelto a recuperar sus bríos luego del descorazonador Espejismos (2004). Fuera del tiempo (2007), su nueva placa, vuelve a plagarse de geniales estribillos naif , esta vez con una energía instrumental cada vez más perfeccionada. Vuelve ese estilo demasiado inocente, demasiado desgarrado, demasiado idealista, demasiado libertino, demasiado eufórico, demasiado sensible... todo empacado en un power-rock-casi-new-metal que nunca ha sonado mejor (contaron esta vez con Billy Anderson, el productor de Melvins). Realmente es una de las bandas que te mete en un túnel del tiempo y te transporta al esplendor de la aciaga adolescencia, en un trance incontrolable que empuja al pogo a la vez que a cantar con el corazón. Os dejo un playlist con algunas canciones en vivo del repertorio nuevo.


19.9.07

Radio Mujer Perdida

Nunca he sido un chico de la radio. Será porque en Perú este medio es sencillamente malsano, letal para cualquiera que tenga un mínimo gusto musical. Pero ahora, con internet, las posibilidades se multiplican, al punto que puedes escuchar programas no solo de cualquier estilo, si no sobre todo emitidos en cualquier lugar y tiempo. Así las cosas, tal vez aún pueda desarrollar un hábito de radioescucha.

Hace un tiempo, por ejemplo, descubrí el genial proyecto Pandora, que te programaba canciones similares al artista o canción que le indicaras. Los resultados, aunque aceptables, no eran perfectos y por lo mismo llenos de interesantes sorpresas. Lamentablemente, las alimañas que suelen dictar las leyes cerraron el proyecto a oyentes fuera de E.E.U.U.

La falta de costumbre mencionada me ha mantenido apartado de mayores exploraciones, pero ayer me topé con el programa que conduce desde Berlín Gudrun Gut, y lo recomiendo a todos los amantes de la electrónica de luces tenues y cadencias reposadas. Quienes hayan escuchado la música de Gut, podrán imaginarse el estilo del programa; y quienes no, los insto a apagar las luces y escuchar Ocean Club Radio (de preferencia con el playlist abierto, para apuntar nombres).

Gudrun Gut es una mujer sumamente interesante. Su último disco se titula I put a record on y copio aquí una reseña-ejercicio literario inédito que escribí para la extinta Autobús.

Antes de saber que Gudrun Gut fue miembro de bandas ochenteras como Mania D, los primeros Einstürzende Neubauten, y los conjuntos femeninos Malaria! (excelente post punk a los Siouxie & The Banshees) y Matador (electro pop arty); y sin saber tampoco que es fundadora del colectivo Oceanclub, los sellos Monika Enterprise y Moabit Musik, además de DJ, ingeniera de sonido, productora y programadora, antes de saber nada de eso, repito, me enteré de su existencia gracias a un breve artículo sobre su disco debut, I Put a Record On (2007), del que sólo recuerdo las palabras oscuridad, electrónica, eclecticismo, ochentas y (para mejor remate) mujer, suficientes ganchos como para seguirla en la madeja musical de MySpace y llegar via Emule a este delicado artefacto de dark pop (más cercana a lo que hacía con Matador), electrónica fría y sensual proveniente de un limbo fashion, donde se baila en cámara lenta o se deja escapar el humo de la boca mirando seductoramente a la nada, todo envuelto en una ecualización retro, que se queda en los medios tonos, desinflando los bajos y desenfocando los agudos, lo que le da el ambiente de un vinilo antiguo, lleno de polvo u hollín, como sacado de una escena de Eraserhead donde una víbora susurra melodías de vodevil desde el radiador, una Diethrich subterránea, de gélida belleza alemana, cuyas vocales fantasmales se perfilan entre humaredas sintetizadas, cantando siempre con el último suspiro, con una languidez impasible, con la intimidad nocturna de una voz allanada por el tabaco, al ritmo de una polka mutante (Move Me), desenredándose en reflejos dub (Sweet, The Wheel) o zambulléndose en el delicado miasma de extrañas combinaciones como el boogie noise (Blätterwald) y el trip-hop country (Pleasuretrain), siempre citando, pero siempre también erosionándolo todo con una tormenta arenosa de techno minimal, repetitivo pero sugerente, implosivo más que exultante, canciones que son paneles de seda apolillada sobre los que se transparenta la silueta de esta ex punk erudita, de esta Venus de clubes suburbanos, cuya formula de elegancia, nostalgia, y pop postmoderno es el soundtrack perfecto para las noches hipnóticas y voluptuosas del nuevo invierno.

14.9.07

Una sucia trinidad

Desde que los vi por primera vez en concierto, sin conocerlos antes, los Dirty Three me arrebataron. Bajo ningún motivo uno debe perdérselos, si no quiere perderse uno de los directos más líricos y torrenciales de nuestra era. Warren Ellis (violín eléctrico), Mick Turner (guitarra eléctrica) y Jim White (batería) hacen una música que es como si destilaras un concentrado de Neil Young & Crazy Horse, Mogwai y el último Coltrane. Es decir, puro flujo country post-rock noise jazzeado. Para muestra, un extracto de su actuación en el Primavera Sound de este año.

James

No creo arriesgarme mucho si proclamo ya que mi mejor concierto de este año fue el de los reunidos James en el Summercase. Y como no serlo, si se trató de un Best of... en vivo (la única canción nueva no la tocaron porque se perdió el papel con la letra). Ya había visto a Tim Booth antes (de hecho fue el primer concierto al que fui cuando llegué a Barcelona) y gocé con la mitad del repertorio compuesta por los hits de su clásica banda. Pero esta vez fue demasiado. Las canciones que te pueden hacer llorar... el vocalista que baila en el éxtasis que tu sientes y quisieras imitar... la gente tan feliz como tu, cantando, a tu alrededor ... y lo más sorprendente es que todo lo viví excepcionalmente sobrio... En fin, aquí tenéis mi playlist, y perdón por el sonido (no se os ocurra que fue así), pero es uno de los gajes de estar demasiado cerca.

5.9.07

Death Proof vs. Icaria


Qué buena suerte el haber escogido, entre lás únicas dos salas de Barcelona que pasan Death Proof en V.O., una de las peores de toda la ciudad. Primero, porque una película de Tarantino doblada no es ni media película de Tarantino; y segundo, porque una sala con tan mala fama como el Yelmo Cineplex Icaria, a priori, es la mejor aliada que el proyecto Grindhouse puede tener.
A posteriori, tendré que verla de nuevo (qué bueno) para ver si de verdad la sala aportó alguna bienvenida calamidad. A los que tambien repetirán el plato, como intermezzo (no se qué me pasa hoy con los extranjerismos) les recomiendo este artículo de Henrique Llage.

3.9.07

La novia solista: PJ Harvey en Summercase 07

A pedido del público, coloco aquí los vídeos que grabé de PJ Harvey en el pasado Summercase. Un recital intimista, a carpa cubierta y artista cubiertísima. Sólo Polly Jean y sus instrumentos, sin banda que la secundara, interpretando hits y nuevos temas con una desnudez que no traicionaba en nada a sus grabaciones. Esperábamos algo más salvaje, pero su voz nos aplacó.

1.9.07

Una canción que perdura

Llevo meses escuchando, de manera súbita y inconsciente, esta canción de Spoon, que aunque fue una obsesión a primera escucha, persiste como el fantasma sobre el que cantan las dos voces estereofónicamente. Ga ga ga ga ga, el disco de donde proviene este espinoso clamor, no esta nada mal, sobre todo lo que sería su lado A: pop rock de efectos a corto y largo plazo, dentro del cual The Ghost of You Lingers, con su humilde experimentalismo, es una anomalía maravillosa, su pequeña dosis de genialidad. Acabo de hallar el vídeo, que no desmerece en nada a la canción.


Otros fanatismos recientes son Mario Levrero, de quien desde la primera lectura he sido fan, pero ahora me descontrolo llamando a todos sus libros a mi; e Isild Le Besco, actriz francesa a quien descubrí en el trailer de la aún inhallable Camping Sauvage y casualmente vi esta semana en la hermosa y muy retro A tout de suite. Les dejo aquí también una muestra adictiva.